Este fin de semana es largo. ¿Demasiado? Veremos. Creo que por fin tendré tiempo de descansar y de ponerme al día con mis cosas. Este fin de semana me quedo sola y no he hecho planes. No quiero perder otro domingo tomando aspirinas y combatiendo la resaca. Ya tendré tiempo para ello en las próximas semanas. Por eso mismo, decidí tomarme vacaciones. Vacaciones de los demás... a veces desearía poder tomarme vacaciones de mi misma. Escucho los ruidos de la casa, el sutil ruido del agua de la pecera: constante. El ronquido de Benito "el gato" (quizá mentí un poco: no me quedé tan sola) y me pregunto por qué me SIENTO sola. Es raro: disfrutaba mucho de la soledad antes. Creo que vivir aquí ha sido todo un desafío: las paredes no son mías, ni la cama, ni el hueco en el vacío. Y eso me hace sentir insegura. No poder taparme con la manta por encima de la cara y cerrar los ojos segura de que está mamá en la otra habitación. Ya nada me resulta familiar. Ni yo misma me resulto familiar a veces. Y eso es lo que me hace sentir sola: ni la cama, ni el hueco, ni la pared, ni yo misma.
Ha sido tan difícil encontrar referencias. Referencias de todo tipo. Creo que últimamente las he encontrado en mi sitio de trabajo. Allí me siento familiar. Me siento familiar al teléfono con mi familia, me siento familiar mirando algunas fotos, tocando mis libros... pero hay algo, un hueco que queda, una mano querida, alguien que me diga que todo va a salir bien. Que no importa lo que pase, todo va a salir bien, que de todo se vuelve, que uno mismo se basta para no estar solo, que uno debe cimentar su vida en aquello que hay de verdadero en nosotros y en los demás.
Ahora estoy menos sola pero sigo buscándome. Quizá me encuentre pronto y encuentre las paredes blancas de mi cuarto y mi armario y mi tragaluz; el control remoto de la tele, el pasillo, la ropa vieja que está sin regalar, le heladera, al cocina a gas, la radio roja de Tani, Tani en su habitación, mamá subrayando el diario, papi tomando mate tirado en la cama, el gato pasando de mí, el perro medio ciego por los años, el pasillo de nuevo... he descubierto (shhh) que todo eso se puede traer hasta acá adentro si uno quiere. Y que la mano toca el vacío muchas veces. Pero el vacío es mi vacío.
Seguiré buscando...